En nuestro viaje relámpago, conseguimos ver la quinta del 2008-09 en el cumple de Diego uno de los primeros hijos de la urba. Allí en Pozuelo, nos reunimos en la casa de la madre de Bruno. Preparados con regalitos de enhorabuena, nos entretuvimos hasta que anochezcara con los críos que tienen entre un mes a 24 meses.
Estaban Lucía, Héctor, Diego, Elia y su hermana Sara, Martín, Lola e Yago y sus padres. Me encantó estar rodeada por tantos bebés que sólo noté el cansancio profundo al sentarme en el coche de vuelta. Vaya. No sé como los padres manejan todo el cambio pero sí que se les nota una alegría tranquila de haberse hecho padres. Pero cómo que no? Son todos los niños especialmente bellos, sanos y simpáticos.
Algunos son precoces, otros muestran cariños espontáneos, mientras que están peleándose por un juguete camión, están gateando por la escalera como una bala, están jugando a casitas, están llorando, están sonriendo, están espabilados, están luchando contra el sueño, están comiendo yogur y puré o están las madres dándoles pecho.
En fin, un frenesí de actividad infantíl que disfrutamos. Bueno, digamos que disfruté más que David que él se escaqueó de ser niñera para cotillear con los padres ;-P
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