Los eventos de este último mes en Túnez son muy esperanzadores tanto para el país como para el resto del mundo árabe. Los jóvenes educados y no radicalizados están echando a la clase dictatorial y gerontocrática a un lado para tomar el control del país y de su destino.
Cuando yo estudiaba en París me hice dos amigos tunecinos, Mourad y Elyes. Ellos me llevaron a comer couscous tunecino y me abrieron los ojos hacia el mundo árabe. Todavía recuerdo nuestras conversaciones sobre el estado del mundo y su punto de vista, siempre educado y respetuoso. A Mourad más tarde lo vi en Madrid, en un viaje de negocios suyo, y lo paseé por el centro.
Siguiendo ayer las noticias sobre Túnez, me topé con un vídeo sobre las manifestaciones en el que salía Mourad. No me pude creer la casualidad de que lo entrevistaran en el vídeo y yo lo viera en la otra punta del planeta. Justo antes del minuto 2, el corresponsal del canal 4 le pregunta quién podría gobernar en Túnez tras la caída del régimen. Mourad le responde: Mira a tu alrededor, mira a tu alrededor. Hay mucha gente que se podría encargar. Somos responsables, estamos educados, podemos cuidar de nosotros mismos!
Se me saltaban las lágrimas al reconocer a mi viejo amigo, escuchando sus valientes palabras y peleando por los derechos civiles de sus compatriotas. Le escribí un correo electrónico y me dijo que está bien y que espera recibir pronto nuestra visita, ya a un Túnez pacificado y libre.
Viva Túnez y abajo los tiranos!
Y vivan los progresos que nos mantienen unidos a pesar de los tiempos y las distancias